Serie estampillas: "El ilusionista".


Serie estampillas: "El ilusionista" Versión multicolor. Tinta. 5 x 5 cm. N° 251225.

 En “El ilusionista”, Matías Berbari profundiza el universo simbólico de su Serie "Estampillas" , consolidando una poética visual donde lo arcaico y lo contemporáneo conviven en tensión. La obra se presenta como una pseudo-estampilla: un objeto pequeño, delimitado por un borde dentado que remite de inmediato a la tradición postal, pero cuyo interior desborda significados, rituales y enigmas.

La figura central, antropomórfica y esquemática, parece surgir de un imaginario híbrido entre arte precolombino, grafismo infantil y misticismo moderno. El ojo único, protagonista absoluto del rostro, funciona como símbolo de percepción expandida, vigilancia interior y conocimiento oculto. No observa al espectador: lo interpela. En este gesto, Berbari propone al ilusionista no como un engañador, sino como un mediador entre lo visible y lo invisible.

El brazo extendido que sostiene una forma solar —mitad astro, mitad artefacto— refuerza la idea de acto ritual. La luz no se impone; se ofrece. El ilusionista no domina el sol, lo canaliza. Este detalle es clave para comprender la obra como una alegoría del artista contemporáneo: alguien que transforma símbolos antiguos en nuevos lenguajes sin vaciarlos de sentido.

El uso del color es contenido pero expresivo. Los rojos, amarillos y turquesas contrastan con el fondo negro, generando una atmósfera nocturna, casi chamánica, donde cada elemento parece flotar en un espacio simbólico más que físico. La línea irregular, deliberadamente imperfecta, refuerza la noción de lo manual y lo ritual.

Como parte de la colección “Postal Stamps”, “El ilusionista” dialoga con la idea de mensaje y tránsito. No es una imagen para ser consumida rápidamente, sino una estampilla-mensaje que viaja en el tiempo: del pasado analógico al presente blockchain. Berbari logra así una obra que no solo homenajea la memoria visual de las estampillas postales, sino que las resignifica como portadoras de mitos contemporáneos.

En definitiva, “El ilusionista” es una pieza que sintetiza con coherencia el espíritu de la serie: pequeña en formato, pero amplia en resonancia simbólica. Un recordatorio de que, incluso en la era digital, el arte sigue siendo un acto de magia silenciosa que cruza fronteras invisibles.

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